No tienes un/a niñ@ interior herid@. Siempre lo has sabido. Siempre, siempre lo supiste. Puede que tengas un adolescente herido y un adulto herido, un adulto muy herido, pero todo eso de los niños interiores heridos, no, no. Simplemente no es así.
Llevas años intentando sanar tu ‘niño interior’, intentando integrarlo, para finalmente descubrir que solo es una creación de tu mente, celosa de no tener sentimientos auténticos, que provienen del corazón y del alma. Son solo emociones inmaduras, poco realistas, demandantes, egoístas.
Tu ‘niño interior’ nunca podía lograr lo suficiente, así que se alimentaba de tu energía y de la energía de los demás; lo que a su vez ocasionaba berrinches, enfado, y hacía que mirases las cosas con ojos muy inmaduros.
Pero lo que realmente sucede es que el ‘niño interior herido’ es todo un montaje.
Cuando naciste en esta vida tenias una certeza tan pura de por qué estabas aquí en el planeta, una certeza pura de lo que querías hacer y a dónde querías ir.
Cuando tenías uno y dos años, hacías cosas como hablar con los elementales y las hadas y conmigo y con otros, y eso era realmente hermoso. Cuando tenías tres y cuatro años, seguías teniendo ese recuerdo claro, pero entonces empezabas a hacerte más consciente del mundo que te rodeaba y de sus idiosincrasias, sus retos y dificultades, pero seguías recordando con claridad. Y cuando tenías cinco años y quizá hasta los seis, aún tenías esa conciencia clara de por qué estabas aquí y qué ibas a hacer.
Si te lo propones puedes sentir a ese niñ@ interior tuy@, a ti mism@. Puedes traerl@ aquí. Sabes que no hay tiempo. No hay pasado ni futuro. Así que puedes ser tu niñ@ interior ahora mismo. Siente dentro de él/ella.
Y comprobarás que tu niñ@ interior es un ser crístico, cristal, puro, inocente.
Puedes ver la belleza que ese/a niñ@ cristalin@ y también todos los desafíos, todas las nubes y las sombras y la oscuridad de la humanidad que se arremolinaban y hicieron que ese/a niñ@ interior se escondiera. Pero no, no está herid@. Se escondió para protegerse y poder emerger en el momento adecuado con claridad.
Puedes acceder a ese recuerdo de tu verdadero y puro ser infantil, y, luego, a todas las cosas que pasaron para que él/ella se escondiera, todas las cosas en tu adolescencia, ya sea que sintieras que eras promiscu@ o que hacías daño a otras personas o que te drogabas a una edad temprana o que tenía malas parejas en el camino.
No, no hay ningún ‘niño interior herido’, y si puedes volver a esa certeza y ese conocimiento interior de ese/a niñ@ pequeñ@ que fuiste, eso te ayudará a entender todas las demás cosas que te suceden.
Extracto shaud 3, serie ‘Sentarse en un banco del parque’. crimsoncircle